jueves, 15 de abril de 2010

Tarde de Cambio Episodio 2

...Gire nuevamente en dirección del primer anciano y descubrí al mismo también mirándome, analizándome de tal manera que pudo descubrir mis intenciones. Comenzó a alejarse de mi disimuladamente, mirando para otro lado, despacito. Empecé a seguirlo al mismo ritmo con el que él se alejaba de mí con mi billete de 2 pesos listo para convertirse en metal chiquito, dorado o plateado y redondo. Entonces la gente comenzó a acercársele pidiéndole boletos y pagándole los mismos incluso con monedas. A cada intención mía de interrumpirlo y pedirle monedas era encontrado por otro interesado y sino, el se encargaba de buscarlos. Esto era debido, evidentemente, a que yo necesitaba cambio y el, no queria darmelo. Cuando por fin pude instigarlo le pregunte: "Discúlpeme buen hombre, me da cambio de 2 pesos?" Fue menos de un segundo lo que la respuesta tardo en ser escupida por su boca. Esto evidenciaba que efectivamente sabia de mi intención. Experiencia. “No nene, no te puedo dar cambio”. Me miro nuevamente de arriba hacia abajo y se adentro sigilosamente al kiosco. Lo seguí al instante y entre detras de el. Entonces lo encare: “Pero si te pagan con monedas todo el día. Como es que no tenes?” Este, muy ofuscado, comenzó a gritar desde el fondo “No puedo darte cambio nene, no es mi obligación que vos tengas monedas!”. Indignado por tanta realidad busque la cooperación del kiosquero, pero él seguía con los ojos clavados en mi por sobre sus lentes. No me estaban quedando alternativas así que, en mi desesperación, volví a cometer el mismo “error” otra vez de nuevo de vuelta. “ Que tal sr kiosquero? Me daría cambio de 2 pesos por favor así puedo tomarme el bondi o sino me sabría indicar donde hay una remiseria así puedo gastar 60 pesos para volver a mi casa?”. Ya sabes más o menos cual fue su respuesta: “No, no tengo monedas tampoco y que me decís que tenes que pagar 60 pesos para volver a tu casa? A mi no me importa” Lo mire ahora yo como si tuviera el mismo poder en la mirada que antes el habia utilizado conmigo y le respondí: “Porque es verdad, el taxi desde haya hasta acá sale 50 más o menos”. Nene, a mi no me importa, si queres una remiseria hay una en la otra esquina. A mí no me interesa tu vida. Hacete cargo vos de tus problemas. Ok, la realidad argentina estaba siendo demasiado dura conmigo en una mundo de dulces y vicios de 2 por 2 gobernado por un tirano de lentes empañados de ofuscado sudor...

No hay comentarios: