martes, 28 de octubre de 2008

Un barco de papel navegando hacia el olvido.

De entre las turbulentas aguas del olvidado mar de andamios que hamacan los segundos que no disfruto en su compañía, emergen las preguntas viajeras y envolventes que se mecen eternamente por un tiempo (determinante) entre las claves solares que descansan bailando entre mis esperanzas. Cuan difícil es no perder los estribos y soltarse a volar entre las sabrosas arenas movedizas de su desconocido desierto!
Contruyo un barco de papel a prueba de fracasos, con un ancla de chocolate que se derrite de tanto ansiar ese calor que no es correspondido, y me lanzo a navegar de noche y con el rumbo fijo alterado.
Su tierra firme es gelatina movediza, resbaladiza pero también dulce y atractiva, lo que logra evaporar lo peligroso de la realidad convirtiendo lo deseado en un juego trastornador que, de alguna extraña manera, no termina jamas.
Todo ese mar y toda esa tierra convergen en un universo paralelo, en el que navegar en contra del viento puede ser quizás mas ventajoso que hacerlo con el a favor.
Desabastecerme de la esperanza de nadar dormido entre sus ojos es lo mas complicado de todo este acuático asunto.

Así es.

No hay comentarios: